El Ciclón empató sin goles ante Quilmes por los 16avos de la Copa Argentina, pero se impuso desde los doce pasos con una gran actuación de Orlando Gill. Fue el debut de Damián Ayude como DT, en un partido marcado por el empuje de la gente y un segundo tiempo lleno de tensión.

En un estadio Ciudad de Lanús repleto y dividido en color y aliento, San Lorenzo se clasificó a los octavos de final de la Copa Argentina tras superar a Quilmes en los penales. El equipo de Damián Ayude, que hizo su debut oficial como entrenador, igualó 0-0 en los 90 minutos y avanzó con un 4-3 desde los doce pasos.

El primer tiempo dejó más dudas que certezas para el Ciclón. Aunque llegó como favorito al duelo, el recambio en el cuerpo técnico y las bajas sensibles en defensa obligaron a Ayude a rearmar el equipo. Esa falta de rodaje se notó en la cancha: San Lorenzo tuvo la pelota pero careció de ideas para romper el cerrojo rival, y Andrés Vombergar, referencia ofensiva, casi no entró en contacto con el balón. Para colmo, a los 20 minutos, el propio Vombergar desperdició un penal —el primero que falla en el año— tras una infracción que él mismo había generado.

Desde ese momento, el equipo se desdibujó. Quilmes se animó, empezó a presionar más arriba y generó peligro especialmente por el costado izquierdo con Leandro Allende, un jugador que estuvo en el radar de San Lorenzo en este mercado. Sin conexión entre líneas y con poca claridad en ataque, el equipo se fue al entretiempo envuelto en incertidumbre, mientras la tribuna Azulgrana , que no dejó de cantar en toda la tarde, le dio aire al debutante Ayude.

El complemento fue distinto. San Lorenzo salió con otra actitud, más empuje y algo más de juego. Apretó a Quilmes contra su campo, movió la pelota de lado a lado y buscó con centros y remates desde afuera. La entrada de algunos juveniles le dio frescura al equipo, aunque faltó el pase final para romper el cero. El Cervecero, en cambio, empezó a sentir el desgaste físico y apostó a aguantar, con inteligencia y orden.

El partido se definió en la tanda de penales, donde la figura fue Orlando Gill, que tapó uno de los remates y transmitió seguridad en cada ejecución rival. San Lorenzo convirtió sus cuatro disparos con firmeza, y el penal errado por Francisco Flores, hoy en Quilmes pero con pasado azulgrana, terminó por desatar el desahogo en Lanús. La gente, que copó su tribuna y cantó sin parar, festejó con el alma la clasificación.

Con este triunfo, el Ciclón se metió entre los 16 mejores del certamen y ahora enfrentará a Tigre, su rival también en octavos del Torneo Clausura. Resta definir la sede y el horario, pero Ayude ya dio el primer paso: ganó en su estreno y sacó adelante un partido complejo, con el empuje del equipo… y el de su gente.